miércoles, 8 de junio de 2011

Vacía la cabeza

Vacío el corazón

Con una mosca

Girando alrededor

Donde van los pasos

Perdidos en el pasillo?

Que camino se recorre

Cuando ya no hay vuelta atrás?

El silencio se impone

Girando en la nada.

Se pierde el peso

De la gravedad.

Sospechas que buscan

Ubicar una respuesta.

Respuestas que no tienen

A quien preguntar.

Donde voy cuando

Todo haya terminado?

Que seré cuando

Ya no sea quien soy?

Ahora lo veo claro.

Al minuto se me pierde

Después ya no me acuerdo

De que es que me olvide.

Se desordenan las líneas.

Se entrecruzan las rectas.

Se extravían las ideas en un punto de fuga.

Se borra la simetría.

Se ensombrece el plano.

Se define la figura,

Para fundirse en el fondo.

Todo lo que sabía

Ya no lo se.

Todo lo que dudaba,

Se vuelve certero.

Y se abre una jungla sin senda.

Y se cierra en densa mata el claro.

viernes, 26 de febrero de 2010

Un tsunami

Este trabajo será realizado siguiendo el eje de las operaciones lógicas constitutivas del psiquismo, la alienación y la separación, ya que considero dicho ejes uno de los temas fundamentales a tener en cuenta en la clínica con púberes y adolescentes, por la elaboración retroactiva en esta etapa de la vida de las mencionadas operaciones a partir del embate pulsional que implica la aparición de la posibilidad efectiva de ser padre y de las separaciones más dolorosas de la pubertad, la separación de un sujeto de la autoridad de sus padres.

El sujeto se origina en el campo del Otro, del deseo del Otro. El Otro debe estar ahí para dejarse agujerear, la castración en el Otro se verifica en el ejercicio de la función.

Por lo tanto el sujeto aparece en dos lugares, sosteniendo la demanda o en disyunción a esta. En el campo pulsional se expresa, entre otros en el sueño y en el campo del narcisismo, a partir de estos aspectos defensivos.

B. (14 años) habla del estudio “Quiero estudiar por que tengo pruebas, Hago caso para que no me digan más. Tengo que hacer las cosas sin que me las digan. Tengo que hacer lo que me piden.” –Siempre haces lo que te piden? A veces me hago la tonta y hago otra cosa. ¿Qué es tonta? Quiere decir pasar, no hacer las cosas. Me hago la tonta, no soy tonta. Me hago la tonta para pasar desapercibida”

Siguiente entrevista: “no tuve una buena noche. Soñe que nos hundíamos en un Tsunami, ni familia y yo. Vivimos en Sarandi, Avellaneda. Estaban todas mis compañeras, Sofia. Un tsunami es una ola gigante. Grande, agua fría. Me desperté a las tres de la madrugada angustiada. Escuche como se cerraba la puerta del fondo. En el sueños nos quedábamos bajo el agua. Nunca jamás en mi se va a ser realidad que me pase algo malo. No tengo la esperanza de que me toque eso. Me gusta todo lo lindo, nada feo. Que me pasen cosas lindas.”

El tsunami fue un sueño loco. No me preocupo por los sueños, cuando son lindos. El tsunami es algo malo. ¿Qué es algo malo? Que roben, que maten a alguien, peleas malas con armas. Tenés que ser muy malo o estar muy enojado. Si sos malo siempre haces cosas malas ¿Siempre? A veces se pone malo en un momento y después cambia. Yo soy buena, no estoy enojada todo el tiempo. El enejo no es malo hasta un límite. Me enojo por que me fue mal en una prueba, no puedo hacer una cosa.

Ser malo es estar todo el tiempo agrediendo, insultando, hablando mal. Bueno es alguien que hace el bien. No mata ni está todo el tiempo matando a alguien. bueno es el que da. A mi mamá no le gusta dar.

“.. Por esta vía el sujeto se realiza en la pérdida en la que ha surgido como inconsciente, por la carencia que produce en el Otro, según el trazado que Freud describe como la pulsión más radical y a la que denomina pulsión de muerte... separare, separa, aquí se termina en se parere, engendrarse a si mismo.... es de su partición que el sujeto produce su parto....”
[1]

En esta viñeta Brenda oscila entre la posición de hacer todo lo que le dicen o “hacerse la tonta” para poder hacer otra cosa. De cualquier forma, sostiene al Otro en su demanda. En ese punto, el sujeto aparece en el campo del narcisismo, en posición defensiva en relación a la castración.

A partir del empuje pulsional que aparece a través del sueño, de manera disruptiva, algo que está en posición se conmueve, su mamá no es tan buena, no le gusta dar.

La aparición de la angustia implica que algo del corte empezó a operar porque se trata siempre de angustia de castración, testimonia que algo se separa del campo de la alienación.
El inconsciente ente el sujeto y el Otro como su corte en acto.

[1] Posición del Inconsciente. J. Lacan.

viernes, 5 de febrero de 2010

El final es un principio, trascender es una paso más… Deriva entre el engendrar y el parir.

Hace tiempo se me presenta esta hipótesis: “Todo lo que el sujeto produce esta en calidad de a”.
Este escrito esta en función de dar cómo llegue a ella.
El punto de inicio de este recorrido estuvo en relación a trabajar la angustia en los seminarios de Lacan, una de las primeras definiciones donde me detuve fue en que “La angustia no es sin objeto”[1], pero ¿de qué objeto hablamos?, de uno muy particular el objeto a. A partir de esta definición se me armó en serie donde aparece el a, por un lado en la angustia como una traducción subjetiva de esta y la otra es en el goce.
Al pensar ¿cuál se la característica del sujeto en la angustia? Un sujeto más cerca de sujeto acéfalo de la pulsión que del sujeto de las formaciones del inconciente ya que en la angustia no hay escritura de la pulsión, es: “un instante sin palabras”, el momento lógico posterior es el abrochamiento significante con lo cual deja definido al sujeto del inconciente como la operación de lectura escritura de la pulsión y al inconciente mismo como la hiancia, el agujero que conecta con lo real.
Entonces:
Ambos, “inconciente y sujeto, son en producción”. Cuando algo se conecta con la causa, seria la producción del sujeto del inconciente. Esta seria una primera aproximación para llegar a la hipótesis. Pero me detengo un instante en la palabra producción, a qué remite está en su origen viene del latín producere, ligada a hacer salir, engendrar causar, tomando estas vertientes se puede pensar en algo que nada en el propio seno destinado a ser arrojado, soltado, separado y que a su vez conlleva una marca de quien lo parió, en el sentido de se-parare: parirse a si mismo.

Otro de los lugares clave donde me detuve fue en la fórmula del fantasma, donde el objeto a es el soporte del deseo, el objeto que está detrás de este, donde ese objeto es la reserva ultima e irreductible de la libido, ligando así la vertiente del objeto como causa. Siguiendo la línea de la causa el niederkommen (dejar caer) es esencial en toda súbita relación del sujeto con lo que él es, en tanto a en tanto la causa no se revela en la consecuencia. “Hay una realidad estructural del sujeto en el a y está ligada al dejarse caer”[2].

En la angustia hay objeto, no es el objeto de la angustia, pero la angustia no es sin él. La angustia está relacionada con la presentificación del objeto a. Lo que queda arrasado es el yo, se trata del punto extremo del sujeto dividido.
Pensando en la cualidad de este objeto podría decirse que: no es objeto contable, no circula, no corresponde a la noción de pertenencia. Es el objeto anterior desde el punto de vista lógico al objeto común, socializado. Queda tras el corte, no tiene imagen especular ya que si la tuviera seria el yo ideal.
“Este a en tanto que, aquí lo ven, representa, soporta, presentifica, al comienzo, al sujeto mismo” (Sem 14- Clase 1)
Ese a suelto reingresa en la fórmula del fantasma bajo el i(a), el sujeto tiende a recubrir, no está de cara a lo real todo el tiempo. El a es la cara real del sujeto. La pulsión es una operación del encuentro con el a, identificación al a (como i(a)). El yo desconoce lo que lo causa.

Pensando respecto de los cuatro semblantes de a.
Objetos parciales que hacen semblante e indican el camino.
Oral
Anal
Escópico e
Invocante
Semblantes en la versión de un velo que recubre el agujero y camino que indica el camino de la pulsión que en definitiva arriba al goce como goce Otro.
“El goce no conoce al Otro, sino por medio del resto, a”[3] en la pulsión se opera con la pérdida. El goce implica un paso más allá de la ley del deseo, una trasgresión.

La relación del sujeto con el objeto de deseo tiene su pauta en la relación del sujeto con el i(a). Primera vuelta de la pulsión. La pulsion como trazado, rodeo alrededor del objeto.
La manifestación más llamativa del objeto a, es la angustia, señal de la relación entre el sujeto y este objeto. Solo se puede entrar a esta relación por la vacilación de un cierto fading. Fading entendido como el primer tiempo del síntoma, que marca la anterioridad del sujeto respecto del síntoma.
Fade: decolorar, hacer desvanecer los colores, desvanecerse, apagarse de a poco, decaer, disminuir, marchitarse, desaparecer, deslizarse, apagarse, morir.

Todo lo que el sujeto produce esta en calidad de a. Produce a todo el tiempo en calidad de obra.
El a es el primer lugar donde habita el sujeto (afanisis). Piedra basal de lo Real en el sujeto, operador del corte con el Otro.
Si pensamos en las siete ramas del arte, podremos ubicar como cada una es una deconstrucción del todo, que implica las diferentes especies del a.
Así, en las artes plásticas, arquitectura, escultura, pintura, fotografía, lo que esta en juego es la deconstrucción de la mirada, en la música, la de la voz y en el teatro, el cine y la danza, la combinación de ambas.
La deconstrucción es en palabras de Derrida: "uno de los nombres posibles para designar, por metonimia, lo que sucede o lo que no llega a suceder, como lo puede ser una cierta dislocación que se repite regularmente" (Derrida, 1972)
Entonces, si el arte es arte por la deconstruccion del objeto, de alli se desprende que toda producción que implique un sujeto, es arte.
[1] Seminario 10, Clase 10. Jaques Lacan, Traducción Rodríguez Ponte. EFBA.
[2] Seminario 10. Clase 9. Jaques Lacan. Traducción R. Ponte.
[3] Seminario 10. Clase 14. Jaques Lacan. Traducción R. Ponte

jueves, 19 de febrero de 2009

Un instante antes de levantar vuelo

Un instante antes de levantar vuelo

Me hiciste señales que debí entender
Como aquel gesto nuevo de arreglarte el pelo
Miraste como quien mira llover
Un instante antes de levantar vuelo

Volviste a tu cauce de estrella fugaz
Con tu punto de fuga en el cielo
Creo que ya estabas flotando quizás
Un instante antes de levantar vuelo

Ya te mojabas en otro deshielo
Un instante antes de levantar vuelo

Ni todas las líneas del Ecuador
Ni el temor y sus muchos anzuelos
Todo argumento perdía valor
Un instante antes de levantar vuelo

El río cambia y cambia la sed
Lo habías leído en tu anhelo
Estaba ya escrito mucho antes de
El instante antes de levantar vuelo

Ya me mirabas desde otro cielo
Un instante antes de levantar vuelo

Jorge Drexler



La clínica actual impone infinidad de desafíos. Cada día nos encontramos con sujetos tomados por el exceso y eso da que hablar porque molesta y hace ruido. Pero hay otros sujetos que, calladamente, siendo funcionales al sistema imperante, están en igual o peor riesgo.
En la pubertad, el sujeto se enfrenta con la posibilidad efectiva de realizar el acto sexual.
“Simultáneamente al vencimiento de las fantasías incestuosas tiene lugar una de las reacciones psíquicas más importantes y dolorosas de la pubertad, la liberación del individuo de la autoridad de los padres…”
[1]
El sujeto procede a su parto. Pero, que pasa si allí se detiene? ¿Qué pasa cuando el dolor es tan fuerte que implica el cierre del inconsciente, un rechazo a la división subjetiva y su indeterminación?
La melancolización da cuenta del rechazo por la palabra, de una petrificación del sujeto, ¿de una inhibición?
Se rehúsa a todo movimiento que le permita posicionarse como otra cosa que carne sufriente.
La posición melancolica puede leerse como cierta identificación con la nada, si no se es nada, nada puede hacerse.
La pérdida hace vacilar al deseo, porque presentifica al objeto faltante en tanto lo pérdido se le aparece al sujeto como el objeto que se deseaba, objeto faltante por estructura. Se trata de una fijación al objeto, que ha diferencia con la posición neurotica, le impide al sujeto gozar con la pérdida.
“La melancolía se caracteriza psíquicamente por un estado de animo profundamente doloroso, una cesación del interés por el mundo exterior, la pérdida de la capacidad de amar, la inhibición de todas las funciones y la pérdida del amor propio”
“Pero la inhibición melancólica nos produce una impresión enigmática, pues no podemos averiguar que es lo que absorbe tan por completo al enfermo”
[2]
La posición melancólica conlleva una inhibición, pero no toda inhibición es una melancolía.
El yo se magnifica provocando una inhibición, un cierre del inconsciente y del camino del sujeto hacia su goce Otro. Algo se detiene, queda capturado. El narcisimo es una construcción que, entre otras cosas, esta en relación a la Demanda del Otro, el sujeto es lo que resulta de la separación de esta Demanda.
Hay un paso que el sujeto no puede dar, el paso que lo llevaría a hacerse cargo de su propio goce. Dar ese paso implicaría finalmente dejar ese lugar de objeto para el Otro.
“Cuando el yo se encuentra absorbido por una labor psíquica de particular gravedad, tal como el duelo…se empobrece tanto la energía de que puede disponer que se ve obligado a restringir sus gastos en muchos lugares, semejante a un especulador que tiene inmovilizado su dinero en sus empresas…A nuestro juicio, debe de tener aquí su punto inicial un camino que habrá de conducirnos a la compresión general característica de los estados graves de depresión y sobretodo de la melancolía, el más grave de tales estados…”
[3]
Entonces, aparece la inhibición como detención, como suspensión del acto, como evitación de la angustia, aliada del yo, al servicio del Principio de Placer. Sostiene al Otro hasta las últimas consecuencias, a riesgo de sacrificar su propio goce.
La posición de la inhibición expresa una imposibilidad de estructura, lo imposible es sostener al Otro, la pulsión insiste, orada y el sujeto no puede leer lo que le pasa.
Aquí Lacan hace un paralelo entre la inhibición y el término impedicare, que significa atrapado en la trampa. “ La trampa, es la captura narcisista…el impedimento sobrevenido esta ligado a ese circulo que hace que por el mismo movimiento con el cual el sujeto avanza hacia el goce, es decir, hacia lo que esta más lejos de él, encuentra esa fractura intima, tan próxima. ¿Por qué? Por haberse dejado tomar en el camino por su propia imagen, por la imagen especular. Es esto la trampa.”
[4]
Se habla todo el tiempo del exceso pulsional de los adolescentes, también debería hablarse de las profundas inhibiciones que se generan en un tiempo donde el narcisismo comanda.
Frente a estas presentaciones, donde se encuentra un rechazo por la palabra, una negativa a dar lugar a un tiempo para comprender, ¿Qué lugar para el analista? ¿Darle consistencia a la imagen, discutiendo la pertinencia o intentar hacer hablar ese agujero que conlleva el encuentro con lo Real? Si la inhibición es llenar de sentido el vacío, el camino del análisis es vaciarlo, implicar al sujeto en su decir, asistir a su parto, poner de relieve esas marcas del sujeto del inconsciente que la inhibición borra, en lucha con una posición tan pregnante como la melancólica, que deja al sujeto en un lugar de dolor donde se nos hace difícil alcanzarlo. Y frente a esto, más preguntas. ¿El yo se esfuerza por no perder lo que esta perdido por estructura? ¿Si la función paterna es la de operador del corte, el padre es demasiado débil para soportar el asesinato del cual su hijo es autor?
“El padre original es aquel a quién los hijos han matado, tras lo cual cierto orden resulta del amor por este padre muerto”
[5]
El papel de la madre es el deseo de la madre. No es indiferente, no puede soportarse tal cual, produce estragos. Estar dentro de la boca del cocodrilo, eso es el deseo de la madre. El falo simbólico es el palo que protege de que la boca se cierre.
Es el padre quién es reconocido como merecedor del amor. El goce de objeto supremo identificado con la madre, la prohibición de este goce como goce primero se identifica a partir de la muerte del padre.
“El asesinato del padre es la condición del goce”
[6]
En el mito freudiano, el padre de la horda es quién puede gozar de todas las mujeres, y solo con su muerte, se tiene acceso a ese goce. Si abstraemos el relato del mito, hallaremos que en términos lógicos el padre se encuentra en un lugar de excepción, de ese modo, Lacan lo ubica como un término que origina la cadena, pero no entra en la serie con los demás. Es un término distinto a los otros, pero que a su vez, posibilita el goce, goce del síntoma, plus de gozar, goce Otro. Un término debe ser sustraido para generar el deslizamiento por el que aparece el sujeto, es necesaria la muerte del padre como condicion para gozar, condición lógica necesaria. Se trata de un efecto de lenguaje, no tiene otro termino que comparta sus caracteristicas, en ese punto, no tiene otro Real, ya que es un significante que como significante se emplaza en lo simbolico, pero a su vez, tiene del significante su cara más real, más vaciada de sentido.
“Basta con leer Tótem y tabú simplemente con los ojos bien abiertos, para advertir que si no es lo que yo les digo, o sea un mito, es absolutamente absurdo. Tótem y tabú sirve para decirnos que, para que subsista algún padre, el verdadero padre, el unico, ha de haber estado antes en la historia y ha de ser el padre muerto. Más aún- ha de ser el padre asesinado. Y en realidad, ¿como pensarlo siquiera, salvo en su valor mitico? Pues que yo sepa, el padre en cuestión, no lo concibe Freud, ni nadie, como un ser inmortal ¿Por que han tenido sus hijos que adelantar su muerte de algún modo?Y esto, ¿para qué?Para, al fin y al cabo, prohibirse ellos mismos lo que se trataba de arrebatarles. Lo mataron solo para demostrar que es imposible matarlo”
[7]
La sucesión hereditaria procede de la castración. Si la castración golpea al hijo, lo hace acceder a la función del padre. Es de padre a hijo como se transmite la castración. “El padre real es el agente de la castración”[8]. Es un efecto de lenguaje y no tiene otro Real. La castración es una operación Simbolico- Real ( muerde lo Real) introducida por la incidencia del significante en la relación del sexo.
Entonces, con un padre que no cede sus emblemas, un hijo que se esconde en su “estupidez” para no superarlo. La inhibición intenta afianzar en el Otro la garantía del sentido, desaparecer la falta. El sujeto agarrado en la trampa, queda atrapado en el limbo de una infancia eterna, resigna el acceso a su propio goce.
No se hace cargo de lo que perdió ni de lo que lo retiene, se excusa en ser “demasiado estúpido” para afrontarlo dejandolo un instante antes de levantar vuelo.




[1] Freud, S., “Metamorfosis de la pubertad”. En Obras Completas, Biblioteca Nueva, Madrid, 2003, T. II.
[2] Freud, S., “Duelo y Melancolía”. En Obras Completas, op. Cit, T. II
[3] Freud, S., “Inhibición, Síntoma y Angustia”. En Obras Completas, op. Cit., T. III
[4] Lacan, J., El Seminario. Libro 10: “La Angustia”, Paidós, Buenos Aires, 2006, Clase del 14/11/1962
[5] Lacan, J., El Seminario. Libro 17: “El Reverso del Psicoanálisis”, Paidós, Buenos Aires, 2008, “Más allá del Complejo de Edipo”. IV: El amo castrado
[6] Lacan, J., El Seminario. Libro 17: “El Reverso del Psicoanálisis”, Paidós, Buenos Aires, 2008, “Más allá del Complejo de Edipo”. VIII: Del mito a la estructura
[7] Lacan, J., El Seminario. Libro 4
[8] Idem Supra.